embarazo en mujeres adultas

La presión de tener hijos a una edad temprana planea a menudo sobre las mujeres. Según el 82% de nuestros lectores la edad idónea para tener hijos debería ser antes de los 35 años y el 55% piensa que lo ideal sería hacerlo antes de cumplir 25. Sin embargo la realidad es otra y cada vez son más las mujeres que desafiando al reloj biológico y amparadas en los avances médicos, retrasan el momento de la concepción, posponiendo la maternidad hasta establecerse laboralmente, encontrar al compañero ideal o iniciar una segunda familia.

No obstante a la hora de analizar esta cuestión, no debemos tener en cuenta únicamente la edad. Es preciso considerar también otras muchas variables de enorme peso: la salud en este caso debe ser más importante que los años.
ImageLa edad biológica es mucho más relevante que la edad cronológica. Aquélla es la que se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. Una persona de 40 años con un cuerpo libre de enfermedades y malos hábitos tiene más posibilidades de llevar un embarazo a término que una mujer más joven con alguna patología o hábitos poco saludables.

Por lo tanto estos embarazos tienen connotaciones especiales y dependen de la instancia en que se produzcan. Todas las madres con embarazos tardíos contemplan, en líneas generales una gran alegría, pero el contexto en el que llegan los bebés puede ser muy diferente. La experiencia no será la misma cuando se trata de un hijo deseado después de una larga espera de infertilidad o es un bebé de un segundo matrimonio o es un bebé inesperado de padres ocupados en la educación de hijos adolescentes y que justificándose en la edad olvidan tomar precauciones anticonceptivas. En cualquiera de estas situaciones el embarazo, pasados los 40, se vive con ciertos recelos y temores.


Cambios socioculturales


Hace un par de décadas, una mujer mayor de 30 años era considerada mayor para quedarse embrazada. Actualmente, el perfeccionamiento de la medicina y los cambios socioculturales parecen alentar a las mujeres que deciden dar a luz después de los 40.

La sociedad ha cambiado sus hábitos y costumbres de una manera sustancial desde la época de nuestras abuelas. Hoy las mujeres tienen un papel esencial en el mundo laboral. Está claro que se vuelve imposible con una apretada agenda, conseguir tiempo para ser madre. Las mujeres en edad de concebir están ocupadas terminando sus estudios. Después se incorporan al mundo laboral y no es hasta que se encuentran formadas académicamente, consiguen un trabajo estable, se desarrollan profesionalmente, logran una independencia económica y adquieren una vivienda cuando programan ser madres. Como es evidente estas metas a cumplir retrasan la idea de formar una familia hasta pasados los 30 años o más y nos han convertido a las españolas, en las europeas que más esperamos para dar a luz. Las estadísticas sitúan en 31 años la media de edad elegida para ser madres primerizas.

Esta tendencia se ha traducido en que cada vez sean más quienes tienen su primer hijo alrededor de los 40, lo que significa una mayor dificultad para lograr un embarazo y llevarlo a buen término.


¿Y ellos?

La edad de la mujer no es la única responsable de los problemas reproductivos. El envejecimiento del sexo masculino también tiene su “culpa”. Como la fertilidad de la mujer depende en gran medida de la edad, necesita más espermatozoides para conseguir un embarazo. Aunque la fertilidad del hombre se prolonga más, lo hace a costa de que decrezca tanto el número de espermatozoides como su calidad y movilidad.

Todo ello hace, que desde un punto de vista obstétrico se defienda una maternidad entre los 20 y los 30 años. Si nos fijamos en lo que dice la biología veremos que éste es el periodo más fértil de una mujer y tiene mucho que ver con la madurez sexual, la mayor fecundidad y la pubertad. Aunque la realidad se empeñe en decirnos lo contrario.

Riesgos

¿Están estas mujeres que postergan su maternidad corriendo grandes riesgos por esperar demasiado? Si bien muchas mujeres mayores de 40 años tienen problemas para concebir, la mayoría de ellas lo logra y tienen un embarazo normal. Esto no obvia, sin embargo, las complicaciones inherentes a un embarazo tardío:

- Infertilidad. Según la Dra. Laura Goetzl, ginecóloga especializada en embarazos de alto riesgo y autora del libro “Concepción y embarazo a partir de los 35”, la edad tiene una clara influencia sobre la fertilidad. Ésta se reduce con los años y los plazos para concebir entre parejas maduras son más largos. El reloj biológico femenino empieza a funcionar con la primera menstruación y se detiene con la menopausia. Este reloj alcanza su punto álgido entre los 20 y los 27 años. A partir de los 30 la fertilidad comienza a disminuir paulatinamente y a partir de los 35 las posibilidades de concebir se reducen a un 15%, como consecuencia de una serie de factores: descenso del número y salud de los ovocitos, incremento de la probabilidad de complicaciones médicas y coitos menos frecuentes.

La disminución de la fertilidad es quizás el primer obstáculo para concebir cumplidos los 40. A medida que pasan los años hay una merma de la capacidad ovulatoria y un envejecimiento de los óvulos. Sin embargo, la medicina no se ha quedado atrás y se ha puesto a tono con los nuevos tiempos, desarrollando métodos de fertilización asistida y exámenes preventivos que permiten una mejor viabilidad de estos casos.


- Diabetes gestacional
. Es un desarreglo en la regulación de azúcar que se desarrolla por primera vez durante el embarazo. Desaparecerá cuando finalice el embarazo, pero serás más propensa a desarrollar diabetes más adelante.


- Problemas en la placenta
. El más frecuente es la placenta previa. Las gestantes de más edad tienen más posibilidades de padecer esta afección: alrededor de tres veces más que una menor de 30.


- Embarazos ectópicos
. Puede ocurrir que el ovario fecundado se implante fuera del útero, por lo general en una de las trompas de Falopio, y comience a crecer allí. Es poco frecuente que estos embarazos ectópicos se desarrollen normalmente y que gesten a un bebé.


- Abortos espontáneos
. La posibilidad de abortar preocupa a muchas mujeres y es común: entre el 10 y el 20% de los embarazos terminan en aborto espontáneo. Y aunque el riesgo aumenta con la edad, la mayoría de las mujeres maduras tendrán embarazos normales. El hecho más importante a tener en cuenta es que la mayoría de los embarazos que terminan en aborto no eran normales. Así que no te culpes. No vas a provocarte un aborto por salir a bailar o por trabajar frente a un ordenador ni por subir corriendo unas escaleras. Trata de seguir tu vida normal, siguiendo las indicaciones de tu médico.


- Cesáreas
. Las probabilidades de tener un parto por cesárea también aumentan con la edad. Según varios estudios las madres primerizas de más de 40 años tienen el doble de probabilidades que las madres primerizas de menos de 30 años de tener un parto por cesárea. Aunque también hay opiniones que consideran que en ocasiones se abusa de esta práctica y se opta por la cesárea aún cuando no es necesaria, ya que se considera que, debido a la edad de la parturienta es muy poco probable que vaya a tener más hijos.


- Alteraciones cromosómicas
. Con los años aumenta el riesgo de tener hijos con problemas debidos a cromosomas extra o perdidos. La alteración más conocida es el síndrome de Down, causado por la presencia de un cromosoma extra. En los últimos años las pruebas para detectar estos problemas han ido mejorando y son más fiables. Sin embargo la decisión de ser analizada y la de qué prueba realizar sigue siendo una decisión individual, ya que algunas, como la amniocentesis o la biopsia de vellosidades coriónicas, entrañan un pequeño riesgo para el futuro bebé.

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- Parto prematuro
. Los estudios indican que el porcentaje de partos prematuros ronda el 40% en madres de edad superior a los 40. Además también se corre el riesgo, en partos normales, de tener niños de peso bajo al nacer. La incidencia de mellizos también es superior, tanto por las técnicas de reproducción asistida como por naturaleza, ya que los ovarios de las mujeres mayores liberan a veces más de un ovocito por ciclo, por lo que las posibilidades de tener un parto prematuro en estos casos también aumenta.


- Hipertensión
. Es común que estas madres primerizas desarrollen por primera vez alta presión arterial durante el embarazo, denominada, hipertensión inducida por el embarazo.


Factores psico-sociales


Las mujeres mayores generalmente tienen más responsabilidades laborales, por lo que las molestias del embarazo les afectan mucho más psicológicamente. Este nuevo estado cambia radicalmente su esquema de vida, por eso también se da con más frecuencia la depresión posparto. Además la diferencia generacional entre madre y criatura podría implicar una falta de energía para asumir el deber materno, mayor distanciamiento emocional y orfandad prematura.


Dolencias comunes

Las dolencias habituales del embarazo son especialmente molestas para mujeres mayores de 40 años. Por su edad, puede interpretar alguna de ellas como una patología más seria. En la mayoría de los casos no es así. Las más jóvenes tienen los mismos problemas, aunque sí es cierto que en algunos casos la edad influye en que los síntomas empeoren, además hay que tener en cuenta que el estado físico es menor que en una mujer de 20 años.

Por ejemplo, el dolor de espalda es habitual durante el embarazo, pero se incrementa con la edad, así como los pies y tobillos hinchados. La incontinencia urinaria también se acentúa con la edad y la piel pierde elasticidad y se vuelve más sensible a medida que cumplimos años. Otras molestias comunes en esta etapa son los dolores de cabeza, los mareos, la enfermedad periodontal, el dolor de pecho, la disnea, la indigestión, los hongos, el estreñimiento, la ciática, los calambres, las varices, los cambios en la piel, etc. Todos estos “males menores” no significan necesariamente que estés “mayor” para quedarte embarazada, son molestias normales en muchas embarazadas.

Lógicamente, hay que tener en cuenta todos los riesgos de dar a luz pasados los 40, pero siempre sin exagerar. Si la salud de la mujer y su estado físico y psicológico son correctos, no tiene por qué existir ningún problema. Lo mejor en estos casos es dejarse asesorar por el ginecólogo y plantearle todas las dudas que puedan surgir, sometiéndose a todas las pruebas y revisiones necesarias y siguiendo todos los cuidados que recomiende el especialista. Lo esencial es asumir el compromiso de cuidarse sabiendo que la salud futura del bebé depende en gran medida de la salud de la madre.

Ventajas

ImageLa Dra. Goetzl es consciente de los inconvenientes de un embarazo tardío, pero por su experiencia sabe que no son atribuibles a todo el mundo: “Es normal que concebir suponga más tiempo a medida que te haces mayor, pero en ocasiones las estadísticas dan por supuesto ciertos aspectos de tu salud y estilo de vida que tal vez no sean aplicables a tu edad.” Si bien los riesgos siempre van a estar presentes, las ventajas también son muchas:


- Experiencia
. Las futuras mamás de 40 años cuentan con más información que una veinteañera y exigen al obstetra más respuestas a sus dudas. Suelen tener más conciencia de los riesgos inherentes al embarazo y generalmente quieren realizarse todas las pruebas posibles para descartar cualquier problema. Son pacientes que controlan cuidadosamente su gestación y tratan de prepararse lo mejor posible para el momento del parto.

- Rejuvenecimiento. Para las madres que ya tienen hijos es como volver a vivir, pero con la experiencia y la tranquilidad que dan los años. En aquéllas que se trata de su primer hijo, la felicidad es enorme, ya que muchas habían abandonado la idea de que fuera posible tener hijos.

- Cuidado prenatal. Las gestantes de más edad acostumbran a hacer su primera consulta antes. Son embarazos con un control prenatal completo.

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